El peligro de no tener una política monetaria propia
En un contexto en el que cobra fuerza la idea de la dolarización, los especialistas reunidos en el Seminario Economía, Historia y Filosofía Política disertaron sobre los costos sociales que trae aparejada la pérdida de una moneda nacional.
16-06-2023
La propuesta de dolarización de la economía argentina agita al país a cada rato, especialmente en momentos de crisis profunda y en año electoral. No es novedoso que en el escenario se presenten candidatos dispuestos a adoptar la divisa estadounidense como moneda oficial con vistas a controlar la inflación y a aumentar la confianza en el sistema financiero. Sin embargo, la medida que implicaría renunciar a una política monetaria propia y a la intervención económica estatal en la economía supone, también, perder competitividad ante inversores extranjeros, licuar salarios y abandonar la opción productiva en opinión de Saúl Keifman, investigador de la Universidad de California y del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“A casi 20 años del colapso de la convertibilidad en la Argentina, surgen actualmente ideas ligadas con la posibilidad de dolarizar la economía. Adoptar este tipo de medidas implica renunciar a una política monetaria independiente y quedar atados a las decisiones extranjeras”, destacó durante el 3er encuentro del Seminario Economía, Historia y Filosofía, actividad organizada por el Centro de Investigación y Docencia en Economía para el Desarrollo (CIDED).
A través de una charla transmitida en vivo por el Canal de YouTube de la UNTREF, Keifman presentó la conferencia “La actualidad del mercado autoregulado”. Allí sostuvo: “Las propuestas de sistemas rígidos que limitan las intervenciones en materia de política económica significan dejar de lado la pluralidad de voces y de intereses propios de todo sistema democrático, impiden cualquier margen de flexibilidad y no tienen en cuenta el contexto social”.
El especialista invitado dijo que, incluso, algunos teóricos proponen restricciones constitucionales sobre la facultad de los gobiernos de instaurar políticas económicas. Además, detalló que para que sea conveniente este tipo de sistemas deben darse ciertas condiciones: comerciar frecuentemente con el país titular de la divisa (Estados Unidos para el caso del dólar) y tener una estructura económica similar. “Si las estructuras económicas son diferentes entre sí, no es conveniente adoptar estas medidas”, explicó.
Durante su disertación, Keifman hizo un recorrido histórico que abarcó desde las consecuencias que conllevó la Primera Guerra Mundial hasta la caía de la convertibilidad en la Argentina a principios del siglo XXI. “La Primera Guerra Mundial cambió la estructura económica del mundo. El patrón oro fue un sistema muy rígido que no podía salir de su ideología ni entender los cambios en los contextos sociales y políticos que se sucedieron”, remarcó el investigador.
Si bien el experto indicó que el Euro no es un modelo similar al de la dolarización, ya que reviste una unión económica y monetaria con la introducción de una moneda única entre países miembros del tratado, el experto dio cuenta de algunas inconsistencias que este proyecto conlleva y que tienen que ver con cuestiones vinculadas con la competitividad. “El Euro está hecho para Alemania ya que su capacidad productiva es de las más altas, mucho más que países como Grecia, España o Italia. Entonces cabe observar cómo se acomodan los países que tienen menos competitividad que Alemania. En Europa vemos que hay dos velocidades: una más productiva y otra menos productiva y dinámica. En ese sentido, nos preguntamos cómo viven con la misma moneda países con realidades diferentes”, manifestó Keifman.
El objetivo del Seminario radica en analizar y discutir la relación existente entre el fenómeno mercantil, la economía política y las disputas ideológicas. A partir de la aparición del mercantilismo, las relaciones sociales, familiares y laborales se trastocaron y, con ello, se produjeron cambios en el escenario político que fueron alimentados por diversas teorías. Esta actividad organizada por la UNTREF servirá para debatir esta vinculación y para pensar futuros escenarios económicos, filosóficos y políticos tanto en el contexto local como en el plano internacional.
Para concluir, Keifman precisó que el problema de los sistemas rígidos es que la regla vigente solo será modificada cuando ya sea tarde y que el costo social e institucional será difícil de revertir. “El colapso de la convertibilidad argentina ilustra el alto costo de modificar reglas extremadamente rígidas. Como decía Aristóteles hace 2300 años, la virtud consiste en el término medio”, finalizó el investigador.
El próximo encuentro está pautado para el 26 de junio en el horario comprendido entre las 17:00 y las 19:00 horas. Allí, el director del CIDED, Luis Blaum, presentará “La restauración de la filosofía política y la historicidad. Democracia y estado de bienestar”. La actividad, no arancelada, se realiza lunes de por medio hasta el 24 de julio.